Recuerdo cómo, durante mi infancia, esperaba la Navidad. El olor del ponche en la casa de la abuela, las luces de los vecinos iluminando la calle completa, pero, sobre todo, iluminando los corazones; brindando esperanza, alegría y, recordándonos el amor y la solidaridad. La primera Navidad sin la abuela hizo lucir la casa distinta, las luces parecían menos brillantes, el ponche hervía en la estufa pero el aroma era diferente, la extrañábamos, extrañábamos todo: la pedida de posada, el rosario que antes tanto queríamos evitar para llegar a los regalos, la receta secreta, el bullicio, pero sobre todo su presencia, esa que por años movió a la familia. Hoy para mí serán varios años desde que ella no está, pero sé que para muchos será la primera Navidad sin su ser querido. Además, será para todos la primera Navidad en pandemia y sin posibilidades de reunirnos en familia.
El COVID-19 nos ha retado. Ha movido cosas dentro de nosotros que nos han hecho replantear prioridades. Nos ha enfrentando a varios de nuestros temores: quedarnos en casa y encontrarnos con nosotros mismos, alejarnos de los otros para cuidarlos y cuidarnos, sentir la soledad y también la bruma de hacerlo todo en un mismo espacio y con la familia entera. El reto ha sido duro para todos, no obstante, ha sido doblemente difícil para aquellos quienes han perdido a un ser querido, pues para la mayoría fue imposible despedirse de sus familiares o amigos. Los rituales que nos ayudan a despedirnos se han modificado o incluso cancelado completamente. Se ha puesto pausa al abrazo que reconforta y sostiene, a la plática que hace fluir el dolor, a la compañía de amigos y familiares que hacen más llevadero el momento de decir adiós. El distanciamiento social ha generado que algunos vivan su duelo solos y otros con compañía muy limitada.
Para muchas personas, alrededor del mundo, ésta será su primera Navidad en duelo. Muchos hogares se niegan a poner adornos o encender su árbol, porque duele la ausencia del ser querido, de todos los que se han ido por el Covid-19, y también por otras causas. Por ello, a continuación te comparto algunos ejercicios y consejos para que puedas sobrellevar mejor esta época del año que puede ser difícil sin la compañía de tus seres amados.
¿Cómo sobrellevar mi primera Navidad sin ti?
Es importante que sepas que en esta primera Navidad, sin esa persona especial, no tienes obligación con nadie, ni de hacer, decir o dejar de hacer algo. Estás en tu derecho de celebrar como lo desees o de no celebrar nada, es tu proceso y está bien llevar las cosas a tu ritmo. Aun así, si tienes niños en casa, es importante que consideres buscar alternativas para que ellos puedan disfrutar la fecha, a su manera si también han sufrido la pérdida, mas, nuestro dolor no tiene por qué apagar su alegría.
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Consejos para hacer más llevaderas las fiestas, si estás en duelo
1.- Regálate un momento. Siéntate o recuéstate en silencio, cierra los ojos y empieza a respirar lentamente por la nariz. Sin juzgar, trata de identificar qué emociones están presentes, solo observa. Es importante que considerares que no importa el tiempo que haya transcurrido desde el fallecimiento de tu ser querido, en estas fechas es normal que surjan o se presenten nuevamente emociones de tristeza, enojo, culpa o impotencia, lo que puede verse incrementado si no tuviste oportunidad de cuidar a tu ser querido, de acompañarle o despedirte. Es normal sentirse enojado con el mundo o tener muchas preguntas sin respuesta, por ello, solo observa e identifica la situación. No intentes obligarte a entender, obsérvate con amor y compasión.
2.- Identifica cómo quieres vivir estas fechas. Reconoce si requieres vivir el momento de “fiestas” a solas, o si sientes que necesitas compañía. Una vez que sepas qué es lo que deseas, expresa con claridad tu necesidad; los demás no tienen obligación de adivinar lo que deseamos y si hablamos será más sencillo obtener lo que requerimos.
Es importante que, si decides pasar esta fecha en soledad cuentes con un amigo o familiar con el que puedas hablar o pueda acudir a tu casa en caso de que lo necesites, lo cual es perfectamente normal y está bien.
Si vives solo o sola podrías organizar una reunión con familiares o amigos por video llamada. Si tienes compañía en casa invítalos a participar en alguna actividad para recordar a tu ser querido, o incluye ambas opciones, integrando a los que estén fuera de casa con ayuda de la tecnología. Recuerda respetar el espacio de aquellos que no deseen participar.
3.- Identifica qué puedes tolerar y qué no en este momento. Quizá para ti aún no es tiempo de ver fotografías o escuchar la música que a tu ser querido le gustaba, pero tal vez podrías cocinar alguna de sus recetas, o colocar el árbol de navidad en honor a la persona que ha fallecido. Recuerda que cada persona tiene su propio ritmo y está bien no poder con todo. Permite que los demás decidan lo que está bien para ellos.
4.- Elige alguna actividad de la siguiente lista. Si lo deseas, puedes realizar actividades para honrar la memoria de tu ser querido durante la celebración. Incluye a niños y adultos mayores. Todos tienen derecho a expresar su afecto y respeto por aquellos que ya no están. Recuerda no presionar a quien no esté listo para participar.
Nuestras vivencias juntos: Reúnete con tus familiares y amigos (puede ser por video llamada). Por turnos, cuenten alguna vivencia significativa compartida con quien hoy ya no está y agradezcan ese tiempo juntos. Podrían, si lo desean, mostrar alguna fotografía. Como alternativa pueden crear un grupo de whatsapp en el que cada uno vaya compartiendo su experiencia por mensajes y fotografías.
Concierto de amor: Elabora con familiares y amigos una lista de canciones que le gustaban a la persona fallecida, incluye algunas que sean del agrado de otros.
Cartas y pensamientos: Pide a familiares y amigos escribir una carta corta, un pensamiento o poema de agradecimiento para su ser querido, en el que compartan recuerdos positivos o disculpas y léanlas en el grupo. Esta actividad la puedes realizar también de manera individual.
Mural de emociones: Pide a familiares y amigos realizar un dibujo libre que exprese lo significativo que fue la persona para su vida, o expresando cómo se sienten ante su partida. Si es posible, reúnanse e integren su mural. De manera personal también puedes realizar tu propio mural, dibujo o cartel que exprese tus emociones.
El rincón del recuerdo: En una habitación común, prepara un espacio con una silla o sillón, coloca una foto de la persona fallecida, velas, flores, y todo aquello con lo que desees adornarlo. Durante el día de Navidad las personas podrán acudir (presencial o virtualmente) a presentar su afecto por su ser querido. Puede ser a través de silencio, un rezo, o la expresión de sus sentimientos: agradeciendo, disculpándose o disculpando, pero sobre todo conectando por un momento con el recuerdo de la persona fallecida.
Creando juntos: Reúnanse para realizar alguna actividad en honor a su ser querido; por ejemplo, cocinar siguiendo una de sus recetas o elaborando manualidades como esferas o algún adorno en su honor para el árbol.
Una luz para ti: Elijan un momento durante la celebración para encender una vela por su ser querido. Si lo desean pueden hacer una oración, petición o agradecimiento, ya sea en voz alta o en silencio.
Debes saber que tus emociones pueden fluir de diversas maneras. Puedes experimentar llanto, tristeza, suspiros, pero también podrías expresar algunas sonrisas, alegría y calma. No tengas miedo, ni te culpes por reír o disfrutar, tampoco te castigues por ello, es parte de tu proceso y está bien.
Considera también que si realizas alguna de las actividades propuestas en familia, tú o algún participante podría sentir que no puede continuar y está bien. De ser así, expresa tu necesidad y retírate un momento para respirar e identificar si deseas seguir o prefieres dejarlo para después. Hay que promover siempre el respeto, sin criticar, interrumpir o cuestionar, pues se trata de brindar un momento para honrar y recordar.
5.- Vive o celebra. Al terminar el momento especial para honrar a tu ser querido, date y dale a los otros la oportunidad de celebrar la vida, la compañía, el afecto y el amor, siempre guardando la distancia para cuidarnos todos. Esto no significa que no podamos compartir, solo que tenemos que hacerlo con precauciones y cuidados, pero permítete sentir, mirar y disfrutar la fecha.
Este año, muchos de los que hemos iluminado nuestros hogares, lo hemos hecho con la esperanza de que esas pequeñas luces parpadeantes puedan brindarte un poco de fe y amor, pues finalmente la Navidad se trata de encontrar esperanza y fuerza para seguir a pesar de la adversidad.
La vida seguirá y mereces vivirla; por ti, por las personas que te aman y aún están a tu lado y también por los que se fueron, pues ellos solo te otorgaron amor y jamás fue su intención llenarte de tristeza. No importa si hoy no te sientes bien, date tu tiempo para sanar. La pandemia pasará y el dolor también pasará. Intenta aprovechar cada uno de tus momentos estando presente y agradeciendo.