Tanatología. El estudio sobre la muerte

“La muerte es sólo un paso más hacia la forma de vida en otra frecuencia y el instante de la muerte es una experiencia  única, bella, liberadora, que se vive sin temor y sin angustia.” Elizabeth Kübler Ross.

La muerte en nuestra cultura

Todos los días, desde que nacemos, aprendemos conceptos e ideas y adquirimos hábitos y costumbres. Nuestra mente y pensamiento, e incluso nuestras actitudes frente a las situaciones de la vida, se estructuran a partir de esos aprendizajes; es decir, del entorno en el que nos desarrollamos, de la familia que tenemos, la comunidad a la que pertenecemos, el momento histórico que vivimos y los valores que adoptamos. A través de dichos medios tenemos nuestros primeros contactos con la muerte, ya sea porque perdemos algún familiar, a un amigo o porque escuchamos de alguien que partió tiempo atrás. 

La muerte en México paradójicamente se esconde y se celebra. Tenemos ritos culturales como el Día de muertos, que nos “reúnen” con nuestros difuntos. Durante el uno y dos de noviembre las familias suelen colocar ofrendas, visitar panteones y poner altares. Algunas escuelas, instituciones y medios, abordan el tema desde una perspectiva cultural; incluso la gastronomía ofrece el famoso “pan de muerto”. Sin embargo, en ninguna época del año se habla de la muerte con seriedad, mucho menos de los conflictos o temores que genera. 

En México y prácticamente todo occidente, el tema de la muerte es evadido. Incluso cuando la situación obliga a encarar dicha realidad, suele dársele la vuela. Entre las familias se esquiva el tema y en ocasiones se aleja a los niños de los ritos funerarios. A veces esto se hace con la idea de evitarles dolor; otras ocasiones la finalidad es no encararnos con sus típicas interrogantes: ¿Qué es la muerte? ¿Por qué murió? ¿Todos vamos a morir? Dichas preguntas incomodan, porque muchas veces, como adultos, seguimos siendo incapaces de responderlas.

En diversas filosofías y tradiciones de oriente hay una concepción más abierta a la muerte, concibiéndola como un tránsito hacia otra vida. En occidente, en cambio, parece que hablar de la muerte continúa siendo un tema tabú porque se relaciona con la idea de: incertidumbre, vacío y fin; y se asocia con el miedo a perder a un ser amado o nuestra propia existencia. Algunas veces estos temores llegan a ser tan intensos que nos paralizan, impidiendo que mantengamos una vida plena. No obstante, la única certeza que podemos tener en vida, es la muerte. Todos, en algún momento, vamos a morir. 

La muerte desde el modelo biólogico es el resultado del envejecimiento y deterioro progresivo, orgánico y funcional, del cuerpo, o el producto de diversas enfermedades que lo llevan al cese de funciones. Actualmente, el tema de la muerte se reconoce como multidisciplinario, lo que implica considerar al individuo como un ser  holístico. Para reflexionar sobre la muerte, es preciso abordar posturas biológicas, filosóficas, religiosas, tanatológicas, espirituales, artísticas, sociológicas, antropológicas, culturales y hasta económicas. Si uno se adentra en este estudio, es posible pensar que en realidad el miedo que tenemos no es al hecho mismo de morir, sino a lo desconocido, a la forma en la que se nos presentará la muerte, e incluso a reconocer el valor y utilidad de nuestra vida.

Definición y significado de la tanatología

En el camino por entender un poco la muerte surge la tanatología, definida etimológicamente como: “estudio de la muerte”. Su nombre deriva del griego, thanatos muerte, y logos que se refiere a estudio o tratado. Esta disciplina fue concebida en 1901, por el médico ruso, Elías Metchnikoff, como una rama de la medicina forense que trataba la muerte y lo relativo al cadáver, por lo que en esa época se le denominó como la ciencia de la muerte 

Actualmente, la tanatología se concibe como la disciplina científica encargada de  estudiar y dar sentido  al proceso de muerte, sus ritos y significados a través de acciones profesionales que ayuden a toda personas que este viviendo una pérdida, derivada o no de la muerte, a elaborar el proceso de duelo y reestructurar su vida a partir  de recuerdos sanos. Considerando siempre a cada individuo como un ser biólogico, psicológico, social y espiritual.

Hablar de tanatología o muerte no es más que hablar de vida, vivir bien, encontrar sentido a la vida, trascender de manera positiva en los otros para morir bien, satisfechos de nuestro viaje por el mundo terrenal.

Objetivos de la tanatología

La tanatología comprende muchos campos de acción, desde la atención al enfermo moribundo y su familia, hasta la elaboración de proceso de duelo ante pérdidas significativas a lo largo de la vida. Sus principales objetivos son: 

  • Ayudar a las personas a desarrollar creencias propias sobre la vida y la muerte como un proceso natural.
  • Educar a la gente para asumir las pérdidas y propiciar la plenitud de la vida antes, durante y después de un duelo.
  • Reconocer la autonomía y dignidad del paciente para evitar en lo posible el sufrimiento
  • Auxiliar en el cumplimiento de deseos del enfermo, en la medida de lo posible.
  • Coadyuvar en la persistencia de relaciones afectivas significativas, que ayuden al paciente a morir tranquilo, y a la familia aceptar la pérdida.
  • Proporcionar contención emocional o terapéutica para los familiares durante el proceso de duelo, propiciando la reestructuración de la propia vida ante la pérdida.
  • Asistir en la contención emocional a profesionales de la salud que han estado en situaciones estresantes o pérdidas de pacientes, para evitar su desgaste profesional.
  • Brindar apoyo terapéutico ante cualquier pérdida significativa durante el ciclo de vida. Por ejemplo, aquellas generadas por deterioro de salud, fin de una relación importante, pérdida del empleo, deterioro del autoestima, etc. 

Niveles de intervención tanatológica

Existen cuatro niveles de intervención tanatológica, los cuales dependerán de la continuidad, profundidad o requerimientos del doliente.

  1. Apoyo: Es el desarrollo de actividades únicas, aisladas y concretas que propicien tranquilidad, bienestar físico y emocional al paciente y su familia; o a cualquier persona que ha sufrido una pérdida. Se encuentran encaminadas, principalmente, a generar momentos de bienestar y empatía a través de la escucha activa y la compañía; a mejorar aspectos físicos de soporte; a brindar información útil ante tareas particulares o hacer llegar donativos.
  2. Acompañamiento: Son conductas que permiten estar al lado del doliente, brindándole la tranquilidad de no estar solo. Compartir su dolor sin generar juicios, brindar consejo o pretender cambiar la actitud u opinión de quien pasa por el momento doloroso. Se busca propiciar el bienestar a través de la comprensión, ofreciéndole tiempo para el desahogo sin generar falsas expectativas. El acompañamiento se brinda habitualmente  por algunas horas, si la situación lo permite podría repetirse la intervención.  Generalmente se brinda en hospitales o velatorios. 
  3. Consejería: Requiere establecer relación íntima y confidencial mediante   un número breve de sesiones que permitan trabajar el duelo hasta llegar a su resolución, requiere confrontar al doliente con sus pensamientos y emociones para reestructurar su vida en relación a la pérdida. 
  4. Terapia: Requiere que se lleve a cabo por un profesional de la salud mental, generalmente un psicólogo y/o psiquiatra con especialidad tanatológica, para poder generar un cambio profundo en la persona, a través de técnicas terapéuticas específicas que permitan la resolución del duelo. 

¿Qué es y qué hace un tanatólogo?

Un tanatólogo es un profesional, hombre o mujer,  capacitado para ayudar a las personas que se encuentran viviendo un proceso de duelo por fallecimiento, o ante cualquier pérdida significativa no relacionada con la muerte. También  brindan apoyo a los profesionales de salud para evitar el desgaste laboral por la pérdida de los pacientes.

Habitualmente, los tanatólogos cuenta con formaciones previas como psicología, medicina, enfermería, teología, filosofía, etc. 

¿Cuándo acudir a un tanatólogo?

Es normal que al experimentar una pérdida se sienta confundido/confundida que experimente diversas emociones, sensaciones y pensamientos, que al paso de unos días deberán irse comprendiendo para restablecer la funcionalidad en su vida hasta lograr restablecerse.  Sin embargo en muchos casos  sucede que al cabo de los días o meses  se sigue sintiendo mucho dolor, la persona se siente rebasada o  sola ante la experiencia dorolosa, se siente aislada y no encuentra apoyo entre sus familiares o conocidos, será importante que solicite atención tanatológica para procesar su pérdida. 

Es importante recordar que todos, a lo largo de la vida, tenemos pérdidas, cada uno las vivimos de manera independiente y diferente dependiendo  de la relación con la  persona, mascota o cosa que perdemos. El dolor más grande es el que cada uno vive, por ello cada uno,  debe reconocer que vivir con tristeza o con dolor no es normal, pedir ayuda no nos hace vulnerables, acudir a un tanatológo no me hará olvidar a mi ser querido, me ayudara a procesar mi dolor para poder vivir con recuerdos sanos, desde el amor y no desde el olvido o la evitación, vivir no significa traicionar a la persona o su recuerdo, solo es hacernos responsables de nosotros mismos. 

Si estás atravesando por una pérdida, o conoces a alguien que necesite apoyo, contáctanos estamos para ayudarte. 

Bibliografía 

Bravo. M. M. (2006). ¿Qué es la tanatología? Revista Digital Universitaria. 7(8). ISSN1067-6079

De León, R. V; Cuetos, M. C. (2004). Tanatología: Una perspectiva distinta de la muerte (primera parte). Boletín Médico-Facultad de Medicina UAS. 4(1). 16-19pp.

Mondragón, D. G. (2009). La antología y sus campos de aplicación. Horizonte Sanitario. 8(2). 28-39pp.