“Mi papá se ha ido y ya no volverá. No estará esperando en la puerta mi llegada. Se fue así, sin avisar, de la noche a la mañana, y yo, yo no estaba lista para que me dejara. No estoy lista para dejarlo ir.“
Así comenzó el relato de una paciente durante una consulta; lamentablemente no es el único, hay muchas personas que a pesar de no sentirse listas han tenido que despedir a su padre.
Se podría pensar que una persona adulta está más preparada para aceptar la muerte, pero la verdad no es así; asumirte como huérfano(a) no es sencillo a ninguna edad. Afrontar la muerte de papá no es sencillo y aunque el dolor que provoca depende del vínculo creado con él, siempre será difícil de asimilar el hecho de que ya no está, porque la muerte de papá (igual que la de mamá) implica perder parte de nuestra raíz u origen.
Desde una perspectiva racional, podemos comprender que todos vamos a morir, incluso nuestros padres, pero asumirlo o aceptarlo es diferente. Sin importar la edad que tengas, la muerte de tu padre te hará enfrentarte a la idea de quedarte sin su soporte (haya sido bueno o malo). Por tal motivo, es frecuente que al iniciar tu duelo, tu mente se niegue a entender que papá ya no está, que no volverá.
Algunas veces no se puede reconocer su pérdida porque el vínculo con él era tan bueno y cercano que duele mucho aceptarla; sin embargo, también puede ser muy difícil asimilar su muerte cuando la relación que mantenían no era buena, pues ahora ya no hay tiempo para remediarla. Es decir, es normal sentirse triste por perder a un padre que amamos y nos amó, pero es igual de normal sentirse triste por perder a un padre que no quiso o no pudo brindarte amor, atención o cuidado. En éste último caso, se puede generar un duelo confuso y podría ser necesario solicitar ayuda profesional para resolverlo.
Durante el duelo puedes sentir enojo con la vida, con la muerte, con la enfermedad (en caso de que tu papá haya padecido alguna), con el tiempo, etc. En general todo te puede parecer injusto; incluso puedes sentir enojo hacia tu papá por haber muerto, por haberte “abandonado”, porque ya no hay tiempo de nada más. También es frecuente realizar cuestionamientos tanto sobre el desempeño de tu padre, como del tuyo como hijo(a). Es normal preguntarse si diste lo suficiente, si te comportaste bien, si las cosas pudieron ser de otra manera, etc.
Es importante resaltar que al igual que cada duelo, el del padre es único; pues no importa cuántos hijo(a)s haya tenido, cada uno(a) de ustedes vivirá un duelo distinto ya que cada uno(a) tuvo una versión distinta del mismo padre.
A lo largo de tu duelo deberás tomar muchas decisiones y enfrentarte a muchas emociones y sentimientos, por ello es importante que te des tiempo de transitar tu proceso con la mayor claridad posible y otorgándote un espacio para sentir, reconocer, nombrar y aceptar cada emoción y cada pensamiento. A continuación te comparto algunas recomendaciones que pueden ayudarte a transitar tu duelo; sin embargo, es necesario aclarar que no todas ellas pueden ser útiles para tu caso en particular. También es importante que reconozcas si no estás logrando sentirte mejor por tu propia cuenta y que, en tal caso, te acerques a un grupo de ayuda, o inicies una terapia tanatológica.
Recomendaciones para transitar el duelo por la muerte de papá
Identifica con la mayor claridad posible, quién fue tu padre
Cuando papá muere es importante tomarse el tiempo necesario para reconocer quién era para nosotros. ¿Cuáles eran los roles que cubría?, ¿era proveedor, cuidador, protector, amigo, compañero de vida, etc, o, fue un padre ausente, agresivo, conflictivo, etc? Esto es es importante porque podrás trabajar con un recuerdo más real de él. No es lo mismo vivir un duelo de un padre amoroso y presente, que el de un padre violento o ausente, o de aquél que no se conoció. Reconocerlo no quiere decir culparlo, juzgarlo, ni idealizarlo, simplemente es aceptarlo como persona, como el individuo que fue. Tras ello procura agradecer lo que te pudo dar y su propia vida, porque gracias a su existencia hoy estas aquí.
Reconoce tus miedos
No importa la edad que tengas, es importante que observes con claridad qué pasa contigo ante la muerte de tu papá y qué miedos te provoca. Es común que tras la muerte de un padre te sientas abandonada(o) o sin guía; pero, también puedes llegar a sentirte liberada(o) y esta bien. En un duelo todas las emociones son válidas.
Llora
Si lo requieres, permite que tus emociones se expresen a través del llanto, ya sea en soledad o compañía, como te resulte mejor. Si les tienes, puedes llorar con tu hermano(a)s, con tu madre, con tu pareja, con tus amigo(a)s o con tus hijo(a)s. Llora con y como te resulte mejor, pero llora si lo necesitas; no te reprimas.
Ubícate ante la pérdida
¿Qué cosas cambian ante la muerte de tu padre? Es importante que, sin importar si eres hombre o mujer, no intentes llenar el espacio que deja tu papá; no pretendas tomar su lugar haciéndote cargo de tus hermano(a)s como si fueras él, o de tu madre, si aún vive. Tú siempre serás el hijo o la hija y desde ese lugar puedes apoyar y cuidar a las personas que sobreviven contigo. Debes comprender que nadie va a llenar el lugar de tu papá porque ese lugar solo le corresponde a él.
Es recomendable que en familia reconozcan los roles que desempeñaba para poder atender todas las actividades a su cargo, así como identificar todas las acciones legales y trámites a realizar posteriores a su muerte.
Identifica si sientes culpa o rencor ante su muerte
Culpa: Aún cuando hayas hecho todo lo mejor que podrías hacer, puedes llegar a sentir culpa por no haber hecho más, por no haber acatado alguna petición, por no haber pasado más tiempo con él, o por un sinfín de situaciones que pueden hacerte pensar que se pudo haber hecho más. Ante esa situación, recuerda que siempre actuaste de la mejor manera que pudiste en su momento, con los recursos y conocimientos que tenías. En caso de sentir que la culpa te supera es importante que recibas ayuda especializada.
Rencor: También es frecuente encontrar personas que sienten rencor hacia su progenitor y tras su muerte se quedan con la sensación que su padre pudo haber hecho más y no lo hizo. Si esa es tu situación, considera que no es tu papel convertirte en juez y que quizá, simplemente no supo cómo actuar mejor. Ahora es tu responsabilidad trabajar el perdón, no para justificar acciones que te dañaron, sino para no cargar más con sentimientos que te lastiman. Si crees que lo necesitas pide apoyo profesional.
Reconoce el dolor de los otros
Si tienes hermanos(as) es importante que no trates de imponer tu forma de vivir el duelo. Cada persona llevará el suyo a su manera y ritmo, algunas llorarán y otras no, algunas desearán ser participes de ritos funerarios y otras pueden querer permanecer a la distancia. Recuerda que cualquier forma es adecuada para quien lo vive, por ello debes tener cuidado de no querer imponer tu forma de vivir el duelo.
Has un homenaje a tu padre
Puedes hacer algún ritual, altar o actividad para honrar su memoria, para lo cual puedes invitar a otros miembros de tu familia. Pueden pasar un día escuchando su música favorita, hacer un álbum de los momentos más felices o relevantes, simplemente reunirse a contar anécdotas sobre sus momentos compartidos.
Encargarse de las posesiones del padre…
Es importante identificar quienes tienen derecho a participar en esta actividad. Algunas veces cuando la madre sobrevive, los hijos tratan de quitarle el peso de mover las cosas y no la hacen participe, pero es importante que se le brinde su lugar, siendo ella (como pareja) quien decida qué hacer con las cosas.
En el caso de que tu padre haya tenido otros hijos con otra familia, quizá sea importante hacerlos participes en la medida de lo posible. Es probable que esto te cause un doble dolor, pero recuerda que cualquier hijo de tu padre tiene tanto derecho como tú y que ninguno de ustedes es o fue responsable de las acciones que realizó su padre.
También es importante preguntar a hermanos(as), demás familiares o amigos de tu padre, si desean conservar algún algún objeto suyo, que para ellos sea significativo.
Por otra parte, es común que las personas que mueven los objetos del fallecido se sientan “invasoras” de su privacidad, en ese caso recuerda que mientras se realice todo con respeto no se estará invadiendo; además no hay nadie mejor que los seres más cercanos para realizar dicha actividad. En estos casos se sugiere hacer una “caja especial” para guardar aquellos objetos encontrados, que se consideren muy personales, como cartas, fotos y otros recuerdos, los cuales se pueden guardar sin manipular demasiado y después enterrarse en un lugar especial o quemarse.
Cómo actuar si hay una mamá sobreviviente
Si tu madre sobrevive a tu padre será importante que la escuches, que tu y tus hermanos(as) le permitan comunicar qué desea hacer. Es necesario hablar con ella (con claridad) sobre los cambios que se generarán, incluyendo sus futuros cuidados, o la pertinencia de que viva sola o con alguien de la familia, entre otras situaciones particulares.
Dale un nuevo significado a la vida
Poco a poco, con trabajo, amor, acciones y consciencia sobre la nueva realidad, podrás apreciar la presencia de tu padre en tu vida; reconociendo las cosas que aprendiste de él, identificando que su figura será reemplazable, pero que de algún modo, podrás reconocerle en las enseñanzas que te legó, en tus recuerdos, a través de la gratitud por el tiempo que compartieron, en el fortalecimiento de lazos de afecto con quien hoy esta a tu lado, y sobre todo, desde el amor o perdón que hay en ti para él.
Mi Padre biologico murió ayer, tenia metastasis en todo el cuerpo, imagino que murió con mucho dolor, fue un padre ausentisimo, tengo sentimientos encontrados con él, y además todos dependen de mi y no tengo tiempo para estar triste, por dentro me siento destruido por fuera no me deben ver asi los niños, es super dificil este momento…
Estimado Timmy, lamento mucho leer lo que estas viviendo, comprendo las emociones encontradas, todo es válido. Es importante que priorices tu cuidado, y te brindes momentos para sentir y procesar lo que estas viviendo, quizá te sea de utilidad solicitar acompañamiento para poder transitar tu dolor. ¡Un abrazo!
me sucedio lo mismo en cuanto al modo: metastasis, pero fue rapidisimo. un mes y medio desde que tuvo sintomas. En mi caso mi padre siempre estuvo muy presente y dirigia la familia como buen tano.
Gracias por compartir tu experiencia.
La rapidez con la que ocurrió la enfermedad y la pérdida deja una huella muy profunda; el cuerpo y el corazón apenas alcanzan a comprender lo que pasó. Cuando un padre ha sido una figura tan presente, fuerte y guía dentro de la familia, su ausencia se siente como si todo el entorno perdiera dirección por un tiempo.
Es natural que duela y que el proceso se sienta confuso o incluso irreal. Poco a poco, con amor y paciencia, la vida comienza a reorganizarse alrededor de su recuerdo. Su presencia, aunque distinta, continúa siendo una fuerza que acompaña y orienta.
Te abrazo con respeto y empatía.
Mi padre falleció por un infarto, hace 1 mes.
Vivía solo desde hace 8 o 9 años, así lo decidió y así lo quería. Vivía en otro estado, a 8 horas de distancia.
Era mi amigo, fui a visitarlo y ya había muerto , siento tanto dolor, los recuerdos de haberlo encontrado ya muerto me atormentan. Lo tomé de la mano, le dije que lo amo. Siento que me sobra espacio, incluso siento que mi estatura disminuyó, he deseado tanto que todo sea una pesadilla.
Gracias por su publicación, me ha orientado , haré cada una de las recomendaciones.
Gracias por compartir tu experiencia y por permitirte poner en palabras un momento tan doloroso.
Lamento profundamente la pérdida de tu papá. Lo que describes —la distancia, el hallazgo, la sensación física de que algo en ti cambió— son manifestaciones naturales de un duelo profundo y del impacto emocional que deja una partida inesperada.
Encontrarlo y poder tomar su mano fue un acto de amor inmenso. Decirle que lo amas, incluso en ese momento, genera un puente simbólico entre ambos que trasciende la muerte. Ese gesto tiene un gran valor terapéutico, aunque ahora duela recordarlo.
Te invito a darte permiso de sentir, sin apresurarte ni juzgarte. El cuerpo, la mente y el corazón necesitan tiempo para asimilar lo vivido. Poco a poco, el dolor se irá transformando en una forma distinta de vínculo, más serena, pero igualmente amorosa.
Te abrazo con respeto y acompaño tu proceso con cariño y esperanza
Mi papá murió hace 3 semanas. Puedo decir con toda certeza que es lo más doloroso que experimenté en la vida. No siento culpa, no tengo reproches, me permito sentir todo, sigo trabajando como cada día poniendo mi mejor cara y considero que estoy haciendo un duelo «normal.» Todo esto parece no servir de nada frente al dolor que me parte al medio. No hay nada que te prepare par algo así; solo tal vez saber que muchos otros han pasado por lo mismo antes que yo y siguen, aunque sea en apariencia, respirando y disfrutando de los buenos momentos que les toque vivir. Ahí está la cuestión: crear momentos de felicidad que ya no pueda compartir con él.
Gracias por abrir tu corazón y compartir algo tan profundo.
Perder a un padre es una de las experiencias más dolorosas y transformadoras que podemos vivir. Aunque sepas que estás haciendo un duelo “normal”, es completamente comprensible que el dolor se sienta abrumador. Lo que duele no es solo la ausencia, sino la intensidad del amor que busca un nuevo lugar donde habitar.
Lo que expresas muestra un proceso muy consciente y valiente: te permites sentir, reconocer tus emociones y seguir adelante con la vida, aunque el alma se sienta partida. Eso es duelo: seguir caminando, aun con el corazón dolido.
Nada nos prepara del todo para una pérdida así, pero con el tiempo, el amor se transforma y la presencia de tu papá encuentra nuevos espacios en tu vida y en tu memoria.
Y recuerda: también es válido pedir ayuda si lo necesitas. A veces, hablar con una persona especialista en duelo puede brindar contención y herramientas para atravesar este proceso con más calma y claridad.
Te abrazo con respeto y cariño