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Afrontando la muerte de un hijo. Recomendaciones para una madre en duelo

Duelo por muerte de un hijo

Cada mujer en algún momento de la vida se enfrenta con la decisión de elegir ser o no madre. Cualquiera que sea la decisión que tomemos, nos traerá consecuencias que afrontar. 

Al elegir ser madres, decidimos prestar nuestro vientre y traer al mundo a un nuevo ser. Algunas de las mujeres que viven la maternidad, tuvieron un tiempo de planeación, otras fueron sorprendidas, pero todas, al conocer la noticia de nuestro embarazo, tuvimos grandes emociones. La sorpresa se manifestó en todo el cuerpo y quizá, por momentos, se presentó cierta incertidumbre, duda o temor, dependiendo de las circunstancias de cada una; pero después de un momento, cuando con la mente y el corazón decidimos ser madres sin importar nada más, comenzamos a tener ilusiones, las cuales a su vez, nos generaron expectativas que fueron creciendo con el paso de los días, por ejemplo, poder compartir con nuestros seres cercanos, la noticia de que un nuevo ser, y no cualquier ser, sino nuestro hijo o hija, venía en camino.

Con la noticia de un embarazo, cada día las emociones e ilusiones van creciendo: al ver el primer ultrasonido, al escuchar su latido, imaginar su rostro, buscar un nombre, comprar o recibir su primera ropita, su primer juguete, su cuna, preparar su habitación o espacio en la casa. A partir de ese momento cada detalle y preparativo para su llegada se realizó desde el amor, un amor inmenso. Del mismo modo, vamos imaginando cómo será la experiencia de conocer a una persona que descubrirá parte del mundo de nuestra mano, aunque sabiendo que en algún momento tendremos que soltarlo y permitirle vivir su propia vida. Incluso imaginamos cómo serán todas las etapas de su vida; algunas madres quizá se aventuren a pensar en qué se convertirá ese bebé, qué estudiará, a qué se dedicará; pero jamás, ninguna madre piensa que verá morir a su hijo o hija, esto va contra toda creencia; un hijo no debe morir antes que los padres; sin embargo, la realidad es que nuestros hijos pueden morir a cualquier edad. 

Recibir la terrible noticia de la muerte de un hijo enfrenta a la madre, casi con seguridad, al dolor más grande de su vida. Surge entonces un sentimiento de negación, pues las madres nos oponemos a ser madres efímeras. Ese hijo o hija es quien da sentido a la maternidad, por ello, el hecho de que muera sacude toda nuestra  estructura como madres y como personas; al mismo tiempo estremece al padre y a la familia entera. Su muerte genera un enorme vacío que no puede ser llenado con nada,  porque un hijo no puede ser sustituido y el dolor es tan grande que no tiene nombre. 

La edad que tenía nuestro hijo o hija, el tipo de vínculo que se formó, las circunstancias de su muerte e incluso la red de apoyo con la que se cuente, generarán diferentes tipos de duelos. No es lo mismo perder a un hijo en el vientre o a unos días de nacido, que cuando es niño, adolescente o adulto. Tampoco será igual perderle por enfermedad o por accidente; si se trataba de un hijo único, del primogénito, el mediano o el pequeño; si la madre se encuentra sola o acompañada, entre otras circunstancias más. Sin embargo, la consecuencia de esta pérdida siempre será un gran dolor en el alma y el cuerpo; incluso se puede sentir que duele la propia vida, porque la madre ha perdido una parte de sí misma.

Duelo por la muerte de un hijo

La muerte de un hijo genera un duelo único, tan único como fue el hijo que ha fallecido; sin embargo, estos duelos comparten ciertas características que menciono a continuación: 

Recomendaciones para sobrellevar la muerte de un hijo 

Ante el suceso vivido y por más difícil que resulte, es preciso tomar acciones y seguir adelante; hay que hacerlo por la memoria y en honor de ese hijo(a) que hoy ya no está físicamente, pero sobre todo porque la vida merece ser vivida, porque hubo fuerza dentro de ti para albergarlo en tu vientre, para soportar el dolor del parto y para compartir los días a su lado. En agradecimiento a ese tiempo que compartieron hay que decidir no quedarse en el dolor y para ello me gustaría darte algunas pautas que podrían ayudarte en tu proceso. Toma en cuenta que, dependiendo de tu caso específico algunas recomendaciones pueden serte útiles y otras no. Tú decides lo que es mejor para ti. 

Libros que te pueden ayudar

Los libros también son de gran ayuda en los momentos de dolor. Por ello, finalmente te recomiendo algunos títulos que te pueden ayudar a comprender tu proceso y emociones. Haz clic sobre los mismos para leer su descripción, o adquirirlos.

Advertencia: Las portadas presentadas en esta entrada pueden ser diferentes a las mostradas en los enlaces.

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