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El duelo y sus manifestaciones

Si estás leyendo este artículo es muy probable que estés pasando por un duelo, por ello, antes de que continúes la lectura quiero decirte que, así como todos somos diferentes, cada duelo es único y no existe una regla o norma para vivirlo. Todas tus emociones son normales y debes permitirte expresarlas. Si sientes inquietud por tu proceso o consideras que necesitas apoyo, contáctanos o solicita una terapia, no tienes por qué vivir esta experiencia en soledad.

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A lo largo de la vida vamos vinculándonos con personas, mascotas, objetos o actividades que nos brindan felicidad, seguridad, protección y bienestar. Pero, ¿qué sucede cuando alguien que amamos se va definitivamente de nuestra vida o muere?, ¿qué hacer cuándo aquello que gozamos se termina? Cuando algo así nos ocurre todo en nuestra vida se desajusta y nuestra realidad se trastoca; en ese momento inicia un proceso de dolor e incertidumbre que se le llama duelo.

El duelo es común y natural en todas las personas. Todos sufrimos duelos; sin embargo, algunos son más intensos debido a la importancia de la pérdida que sufrimos.

“El duelo es tan natural como llorar cuando te lastimas, dormir cuando estás cansado, comer cuando tienes hambre y estornudar cuando te pica la nariz. Es la manera que tiene la naturaleza de curar un corazón roto.”

Doug Manning.

Aunque en muchas ocasiones el duelo se asocia con la muerte, no solo se vive ante el fallecimiento de una persona o mascota, también puede presentarse en diferentes situaciones como un divorcio o una enfermedad, y ante ciertas experiencias como la pérdida de un empleo y/o nuestro estilo de vida (como ha ocurrido a muchos tras la pandemia por coronavirus). Incluso podemos experimentarlo por la pérdida del autoestima, por cambiar de residencia o por nuestra edad, entre otras situaciones. En pocas palabras, el duelo se presenta ante cualquier pérdida significativa. 

¿Qué es el duelo?

El duelo es un proceso o etapa de adaptación, completamente normal, que tiene por objetivo restablecer el equilibrio personal y familiar ante pérdidas importantes. Su duración no es precisa, aunque, en promedio se experimenta durante 6 a 12 meses; pero, en algunos casos las manifestaciones pueden persistir por años.

Comúnmente se emplea la palabra luto como sinónimo de duelo, mas, estos términos no deben confundirse, ya que luto son las prácticas sociales ante la pérdida, como usar vestimentas de cierto color o realizar cierto tipo de rituales, mientras que el duelo es más complejo.

Duelo “normal” o no complicado

Aunque en realidad cada duelo es único, suelen distinguirse dos tipos de duelo: normal o no complicado y complicado. Se le llama duelo “normal” al proceso que vive una persona que logra restablecerse sin complicaciones importantes. Durante un duelo no complicado aparecen algunos signos y síntomas, de manera inmediata o a los pocos días de recibir la noticia de la pérdida o muerte. Estas manifestaciones pueden ser de carácter afectivo, físico, conductual o cognitivo (referente al conocimiento) y a través de ellas la persona busca recobrar su equilibrio.

Manifestaciones emocionales o afectivas

Se les llama así a los sentimientos y emociones expresados después de la pérdida. Entre los principales encontramos: 

Manifestaciones físicas 

Son todas aquellas dolencias del cuerpo que deben ser atendidas por un médico, como atención complementaria al proceso de duelo. Las más frecuentes son: 

Hay que señalar que, en ocasiones, cuando la muerte del ser querido se produce por enfermedad, el doliente puede manifestar síntomas similares a los del fallecido.  

Es importante que las alteraciones físicas sean atendidas por profesionales de la salud, ya que podrían tratarse de descompensaciones causadas por enfermedades crónicas o alteraciones físicas que la persona no sabía que tenía, mismas que pueden agravarse con el duelo.

Manifestaciones conductuales

Las alteraciones de conducta son cambios en la forma de comportarse respecto al patrón previo a la pérdida, será importante identificar qué tanto afectan el desenvolvimiento en el entorno de la persona. Dentro de las manifestaciones de conducta comunes, encontramos: 

Manifestaciones cognitivas

Son aquellas que tienen que ver con el pensamiento, las creencias o conceptos preestablecidos. Se manifiestan frecuentemente como: 

Duelo complicado

Las diferencias entre un duelo normal y uno complicado radican en la intensidad, aparición y duración de los síntomas. 

En el duelo complicado los signos y síntomas pueden aparecer semanas o meses después de la muerte o no aparecer. La intensidad de las manifestaciones, cuando se presentan, resultan incapacitantes, impidiéndole a la persona retomar parte de su vida, como acudir al trabajo o interesarse por la escuela.

El que un duelo se complique depende principalmente de la personalidad del doliente, de las estrategias de afrontamiento con las que cuente, de la relación que se termine, de las circunstancias en las que se presente la pérdida o la presencia de otros duelos. 

Conclusión

El proceso de duelo y su evolución dependerá de cada persona; del tipo de vínculo que tenía con la persona, mascota o actividad perdida; de su personalidad y experiencias previas; de la forma en que se presentó la pérdida, etc., por lo que, la duración y evolución del mismo será exclusiva de quien lo vive. 

Si nos atrevemos a vivir el dolor, entenderlo y adaptarnos, el duelo será una oportunidad de aprendizaje sobre la vida, más que sobre la muerte; pues implica repararnos con paciencia para volver a disfrutar de cada momento. El duelo no busca, de ninguna manera, olvidar o sustituir los afectos, o a las personas, sino recolocarlas en nosotros mediante recuerdos sanos que nos acompañen. Transitar el duelo no es tarea fácil, hay que enfrentarse a vacíos, silencios, soledad y dolor, pero también es importante reconocer que el amor no se termina, solo evoluciona.

Si estas atravesando por un proceso de duelo y necesitas ayuda para superar tu pérdida, o conoces a alguien que necesita apoyo, acércate a nosotros

Referencias bibliográficas

Cuadradro, S. D. (2010). Las cinco etapas del cambio. Capital Humano. 241. 54-58pp. https://factorhuma.org/attachments_secure/article/420/c303_cincoetapas.pdf

Díaz, P; Losantos, S; Pastos,P. (s/f) Guía del Duelo Adulto para profesionales socio-sanitarios. Fundación Mario Losantos del Campo. 116pp.

García-Campayo. J. (2012). Manejo del duelo en Atención Primaria. Revista Digital de Medicina Psicosomática y Psicoterapia. 2(2): 1-18pp. https://www.psicociencias.org/pdf_noticias/Manejo_del_duelo_en_AP.pdf

Kúbler-Ross, E. (2013).Sobre la Muerte y los Moribundos. México. Debolsillo.

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