Conocerse a uno mismo es una de las tareas más difíciles e importantes de realizar. La filosofía, la psicología, las neurociencias, entre otras disciplinas, han intentado comprender la complejidad del ser humano sin llegar a descifrarla. El autoconocimiento es un quehacer constante, que jamás lograremos concluir, pues somos seres cambiantes; sin embargo, tenemos valores, ideales e intereses definidos que conforman nuestra personalidad y nos generan un sentido de bienestar y felicidad. Por ello, es importante que nos conozcamos y determinemos nuestra propia filosofía de vida.

Antes de que te embarques en cualquier empresa, es importante que evalúes quién eres, qué es lo que más valoras, qué hábitos tienes y cuáles son tus principios. Esto es importante, porque si te planteas propósitos que no son genuinos o que van en contra de tus principios morales, seguramente no llegarás a realizarlos. Cuando te determinas a conseguir o hacer algo, porque otros te han dicho que es lo mejor para ti, o porque es lo que todo el mundo hace, seguramente te costará mucho trabajo encontrar la motivación suficiente para realizarlo. Sin embargo, si tus propósitos son claros, auténticos, realistas y acordes a tus valores, será más probable que tengas éxito. 

Te comparto un cuestionario para que realices un autoanálisis y descubras dónde estás y a dónde quieres llegar, ¿te animas a realizarlo? 

Cuestionario de autoconocimiento o de análisis personal

1. ¿Cuáles son mis principales valores? 

Esta es una pregunta fundamental para conocerte mejor. Responde de manera sincera, ¿qué valoras y por qué? Procura darte suficiente tiempo para pensarlo y considera que repetir los valores que te ha transmitido tu familia, religión o comunidad no es suficiente, pues si no son parte real de tu ser, seguramente no podrás vivir acorde a ellos.

2. ¿Soy congruente con mi manera de valorar y actuar? ¿Tengo hábitos o actitudes que van en contra de mis principios?

Una vez que hayas descifrado genuinamente tus valores, analiza si tu manera de vivir es congruente con ellos. Si no lo es, piensa la manera de modificar aquellos hábitos que van en contra de tus principios, y trata de mejorar. Este puede ser tu primer propósito del año. 

3. ¿Mis objetivos son congruentes mis valores? 

Tener objetivos acordes a nuestros valores es muy importante para lograr realizarlos. Será absurdo proponerse algo que implica como base una actitud que no es parte de nuestro esquema de valores.  

4. ¿Logré realizar mi principal objetivo del año que acaba de terminar?

Si tu respuesta es afirmativa, ¡felicidades! Eres una persona determinada. Si tu respuesta es negativa, pregúntate por qué no lo lograste, ¿tienes malos hábitos?, ¿existe algún temor que te limite para realizar tu propósito?, o, ¿acaso tu principal objetivo es una imposición (social o familiar) más que un deseo genuino?

5. ¿Cuál es el objetivo más importante que quiero cumplir a corto plazo? 

Por ejemplo: graduarme, conseguir un trabajo, realizar una maestría, comprar una casa, encontrar una pareja, emprender un negocio, mudarme, etc. 

Si no lograste realizar tu principal objetivo del año anterior, puedes volver a proponértelo (siempre que admitas que tu meta es auténtica).

6. El año pasado, ¿realicé mi mayor esfuerzo para alcanzar mis objetivos o hubiera podido mejorar de alguna manera? 

Debes tratar de ser totalmente sincera o sincero, de nada sirve engañarse uno mismo. Si descubres que no te has esforzado lo suficiente, pregúntate por qué. Nuevamente te puedes guiar por estos cuestionamientos: ¿tengo malos hábitos?, ¿existe algún temor que me limite para realizar mi propósito?, ¿mi objetivo es una imposición o un deseo genuino?

7. ¿He permitido que el miedo, la inseguridad o la angustia me limite y disminuya mi potencial?

Si descubres que uno de los principales motivos por los que no puedes alcanzar tus metas es la angustia, la inseguridad o un temor importante, te recomiendo que primero te determines a superar esa barrera. Si lo consideras necesario, busca ayuda profesional. Un terapeuta, psicólogo o consejero filosófico, pueden apoyarte. ¡Atrévete a ser tu mejor versión!

8. ¿Tengo suficiente disciplina, compromiso, y constancia para llevar a cabo mis propósitos? 

Es importante que evalúes si te hace falta disciplina, compromiso o constancia para lograr tus objetivos. Recuerda que los hábitos pueden modificarse y si descubres cuál es el que debes cambiar, será más fácil que alcances tus metas. 

9. ¿Me hace falta motivación? ¿Cuánto tiempo he desperdiciado o dejado pasar sin hacer nada por lograr mis objetivos?

Ten cuidado en cómo mides el aprovechamiento de tu tiempo. Considera que descansar, pasar momentos de calidad con tu familia, divertirte o darte tiempo para relajarte es una buena manera de invertir tus horas; sin embargo, la pereza o la procrastinación son hábitos negativos que te impiden lograr tus sueños. En el caso de que acostumbres postergar las cosas por mera desidia debes buscar una fuente de motivación. Reúnete con personas que te apoyen y den ánimos para seguir adelante. Enlista lo bueno que te traería realizar tu propósito, piensa en la alegría que sentirías si lograrás tu meta y establece una rutina realista, en la que pongas como prioridad la realización de tu principal objetivo. Si descubres que tu falta de motivación no se debe a un mal hábito, sino que es producto de una tristeza crónica, una fuerte inseguridad o algún otro malestar emocional, considera acudir con un profesional.  

10. ¿Cómo puedo reorganizarme para ser más eficiente?

Cuando algo nos interesa genuinamente hacemos lo imposible por lograrlo. La falta de tiempo suele ser un pretexto que enmascara temor o inseguridad, incluso un autoengaño. Es decir, si no te otorgas el tiempo para realizar tus sueños, es muy probable que se deba a una de las siguientes causas: a) no es un deseo genuino, b) sientes que no lo mereces, c) tienes temor de fracasar o de no ser suficiente para emprender tu propósito. Para las últimas dos causas hay solución: trabajar tu autoestima y desarrollar tu valentía o fuerza; para la primera, solo te queda afrontar tus verdaderos intereses y plantearte un nuevo objetivo acorde con lo que realmente deseas.

11. ¿Me gusta lo que hago?, ¿es acorde a mis valores y propósitos? 

Si tu respuesta es sí, vas por buen camino. Si dijiste que no, es momento de cambiar tu rumbo o tu visión. 

Considera qué actividades te pueden acercar más a tu propósito de vida y analiza cuáles de ellas son viables en tu condición actual. Aquellas situaciones que no puedas cambiar intenta verlas desde una perspectiva que te ayude a sentirte mejor. Por ejemplo, tal vez no te guste tu trabajo, pero no puedes dejarlo debido a una complicada situación económica; sin embargo, puedes realizar un ejercicio de agradecimiento que te ayude a valorar más el hecho de que tienes empleo y, por lo tanto, puedas aceptarlo con mayor alegría. 

12. ¿Siento autorealización y satisfacción en mi vida?

Si la respuesta es no, pregúntate, por qué. ¿Qué cambios puedes hacer en tu vida que te hagan sentir mejor y te acerquen más a tu propósito? Si no sabes qué hacer, o no logras darle una solución a tus problemas, puedes buscar guía con un profesional que te ayude a aclarar tus intereses, conflictos y a buscar soluciones.    

13.  ¿Cómo son mis relaciones (con mi pareja, familia, compañeros, etc.)?, ¿puedo hacer algo para mejorarlas?

Tener relaciones saludables es muy importante para alcanzar la autorealización. Muchas personas experimentan insatisfacción en su vida debido a sus malas relaciones, si es tu caso, pregúntate, ¿mis actitudes generan que tenga malas relaciones?, ¿me relaciono con personas conflictivas y negativas?, ¿tengo hábitos que propicien las discusiones? Después de analizar tu situación, evalúa cómo podrías mejorar o incluso si es momento de terminar alguna relación.

14. ¿Qué capacidades, actitudes o hábitos de mi personalidad puedo mejorar?

Todos tenemos cualidades positivas y negativas, y siempre podemos ser mejores. Analiza, ¿tienes algún talento que te gustaría desarrollar?, ¿hay algún mal hábito que quisieras abandonar?, ¿tienes alguna actitud negativa que desearías dejar? De ser así, propónte transformarte. 

Modificar hábitos no es sencillo, pero si tienes una convicción verdadera, podrás llevar a cabo los cambios necesarios para lograr tus propósitos. Ten paciencia, celebra tus avances y rodéate de personas que te motiven.

15. ¿Qué puedo hacer para mejorar mi salud? 

Conservar y cuidar tu salud debería ser (siempre) uno de tus principales objetivos. Hay hábitos que propician la enfermedad y dañan tanto el cuerpo como el espíritu. Fumar, beber en exceso, no hacer ejercicio, comer demasiados alimentos procesados o azucarados, etc., son costumbres que merman el sistema inmune y pueden desencadenar enfermedades crónicas. Por ello es importante mantener hábitos saludables, acudir a revisiones médicas periódicas, descansar adecuadamente, cuidar tu peso, entre otras cosas. No obstante, el cuidado de tu salud física no lo es todo, también es importante que atiendas tu salud emocional. 

Muchas veces los malos hábitos de sueño y los excesos (por mencionar algunos), son síntoma de que tenemos que sanar una herida emocional; por ello, es importante que consideres qué puedes hacer para mejorar tu condición física y mental. Decídete a dejar tus malos hábitos, haz ejercicio o inicia una terapia que te ayude a superar tus conflictos emocionales. Si encuentras equilibrio y paz, será más sencillo que alcances tus metas. 

A través de este cuestionario has revisado las principales áreas de tu vida: valores, relaciones, propósitos, actitudes y salud. Ahora sabes un poco más sobre ti y, por ello, seguramente podrás ver de manera más clara cuáles áreas en tu vida necesitan atención, cuáles de tus objetivos son más importantes y qué tienes que hacer para acercarte a la realización de tus sueños.